CAPITULO 11 :

JESÚS EL SEÑOR.

 

Jesús resucitado es el Jesús de Nazaret, hecho Señor de la Creación y de la historia,
 es  la humanidad y la creación llegada a su plenitud y destino.
 Jesús es el primero en llegar, porque es aquel a quien Dios resucita. 
Pero detrás de El o con El va toda la humanidad y toda la creación.

 
 
 

Jesús no es un navegante solitario que llega solo a puerto.

Jesús, el Hermano y el Señor, abre camino para todos los humanos. 
Si El llegó, todos llegamos 
y con nosotros la creación.
 Nadie quedó ajeno al Hermano y al Señor. Nadie quedó ajeno a la brisa suave.

Hablando de Jesús el Creo dice una frase extraña “descendió a los infiernos”.

Los “infiernos” significa los lugares inferiores, donde aquella cultura
 colocaba a los muertos.

Allí bajó el Hermano y el Señor 
para estar con ellos y sacarlos 
de los brazos de la muerte.

Y otra vez apareció la brisa y la luz.
Y se olvidaron de la muerte 
y del país de las sombras.

Jesús en su predicación puso un hermoso ejemplo para mostrar que Dios no abandona a nadie. 
El cuida de los pájaros y
 tiene contados los cabellos
 de nuestra cabeza (Mateo. 10, 30). 
Y este paternal cuidado se refiere
 a toda la humanidad, 
aunque muchos nunca lo supieron
 y ahora tampoco lo saben.

Nadie tiene como destino la muerte

El Señor nos hizo para la vida..

Que nadie tema, que nadie se haga esclavo de nada ni de nadie, 
porque los dioses desaparecieron 
así como los señores.
 Sólo está el Señor Jesús 
que nos llama a la libertad
 en el amor.

Eliminemos rencores y venganzas.
 Eso ya pasó, junto con la muerte.

Luchemos por la fraternidad 
y los derechos de todos 
los hermanos y hermanas.

El Vaticano II, hablando de Jesús,
 dice esta frase tan inspiradora:  

“El Hijo de Dios con su Encarnación
 se ha unido en cierta manera 
con todo ser humano” 
(GS 22).

El paisaje del universo ha cambiado.
 El misterioso tramado de la materia,
 ya es apto para la eternidad.
 El paisaje de la humanidad 
ha cambiado, porque su dignidad 
no tiene límite.

Ya llegó la creación definitiva.

Estamos en el octavo día, 
en los últimos tiempos.

Claro que estos “últimos tiempos”
 nada tienen que ver con 
el paso de los días.
 Ya estamos en los últimos tiempos, porque ya llegó la resurrección 
y el Señor ha conducido 
a la humanidad a su destino definitivo.

Maravillosa es la dignidad de la materia capaz de transformarse en el cuerpo glorioso de toda la humanidad.

Llegamos al tercer milenio y quizás lleguemos al milenio mil. Evolucionaremos, pero ya nadie cambiará el destino que conocemos. 
Es la brisa suave, el octavo día.
 

 

 


 

 
   
   
  • ¿Quién es Jesús Resucitado?.
  • ¿Qué significa "descendió a los infiernos"?.
  • ¿Qué ha cambiado con la Resurrección de Jesús?.
 
   

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