Gobiernos
locales, descentralización y participación ciudadana en Montevideo
Seminario 10 años de
descentralización: un debate necesario
CAPITULO VI
Sugerencias y recomendaciones
ORDENAMIENTO
DE PROBLEMAS
Para la elaboración de las Recomendaciones de Acción
y los Escenarios presentados en este Capítulo se deben tomar en cuenta los
siguientes problemas.
§
Identificación de Nudos Críticos
y revisión de la Imagen Objetivo de la Descentralización.
La identificación de Nudos Críticos (dotados de
potencialidades o ventajas y debilidades o desventajas) del sistema - proceso de
descentralización y participación ciudadana presupone siempre una imagen
deseada (una utopía factible) del sistema institucional que se propone como
horizonte de la acción pública.
En otras palabras: los diferentes enfoques y
estrategias de mejora, reforma o transformación del actual sistema parten de
supuestos normativos (por tanto la correspondiente identificación de nudos críticos
para cada enfoque), no siempre explícitos para sus propios impulsores, acerca
del deber ser de la descentralización participativa, y resulta obvio que
estos supuestos no son necesariamente compartidos.
Además algunos de tales supuestos sobre la imagen
deseada de proceso y sistema descentralizado están, obviamente, conectados no sólo
con los ideales o la identidad de los distintos agentes (públicos,
administrativos, políticos, partidarios, representantes de intereses) sino a
sus visiones e intereses de conveniencia estratégica para la mejora de sus
posiciones respectivas en el proceso y el sistema.
§
Existen entonces un conjunto
de problemas diferentes que analíticamente deben distinguirse para el
ordenamiento de este diseño y análisis primario de Escenarios aunque estén
vinculados profundamente.
Un primer problema de análisis son los supuestos
normativos del sistema de descentralización, esto es, ¿cuál es el Para Qué
del sistema - proceso de descentralización y participación ciudadana?.
Un segundo conjunto de problemas de análisis son los
que refieren al diseño del sistema institucional descentralizado, esto es: ¿ Cómo
se concretan los objetivos, supuestos e imágenes deseadas de la descentralización
participativa?. ¿ Mediante cuales instituciones, dotadas de qué funciones y
competencias?. ¿Mediante cuales instrumentos de gestión, prácticas y cultura
de la participación ciudadana?
Un tercer conjunto de problemas refiere a qué políticas
o asuntos forman parte de su tratamiento por el sistema descentralizado
cualquiera sea su diseño.
Las políticas públicas que gestione el sistema serán
entonces políticas descentralizadas y deben distinguirse de los problemas de
diseño del propio sistema y del análisis y evaluación de su proceso real.
Este Informe se ha concentrado en el segundo conjunto
de problemas, pero ello no supone que a futuro no deba asumirse un tratamiento y
estudio de los otros dos conjuntos mencionados.
§
Los factores del Entorno y sus
relaciones con el diseño y rediseño del sistema descentralizado, el proceso de
descentralización y participación ciudadana y la I.M.M. como organización pública.
-
Fragmentación social y
segregación socio espacial del departamento de Montevideo.
-
Transformación de
instituciones familiares.
-
Crisis y transformación del
mundo del trabajo.
-
Cambios de los barrios.
-
La producción irregular
masiva de suelo urbano.
-
Cambios culturales: producción
massmediática de cultura e identidades, aparición de nuevas expectativas de
vida compartidas en un marco de creciente distribución desigual de las
oportunidades de realización de tales expectativas, etc.
-
Redes Informales de vecinos o
grupos sociales que hoy no siempre se expresan en los canales del sistema
descentralizado como tal.
-
Hasta el presente la cultura
política uruguaya ha funcionado sobre la base de una vigorosa tradición de
primacía de los partidos políticos como principales articuladores de las
representaciones de interés. En este sentido la creación de los Concejos
Vecinales y los objetivos que se les atribuyen al menos propone una renovación
sino una interpelación de dicha tradición.
Por otra parte la tradición de mediación exclusiva
por los partidos políticos entre las demandas sociales y las Políticas Públicas
hoy está expuesta a diferentes asedios, el primero de ellos es el mencionado en
las conclusiones del Capítulo 5 y refiere a que en una economía de mercado y
una sociedad crecientemente "mercadocéntrica", en un contexto de
globalización y alta dependencia de las políticas públicas en relación con
los entornos regionales y de mejora de la eficiencia del Estado las formas
tradicionales y 'celulares' de representación de intereses por los partidos se
encuentran cuestionadas.
-
Esto supone por una parte que
el Estado debe abrir canales - sobre todo en sus niveles de Gobierno del
Territorio - para la expresión de intereses que hoy se encuentran mucho más
fragmentados y que al mismo tiempo tales canales deben mostrar capacidad
efectiva para satisfacer dichas demandas puntuales Por otra parte se requiere la
creación de nuevas formas de mediación entre los ciudadanos y el Estado que
aseguren mayor cercanía y proximidad respecto de los asuntos públicos.
-
Con todo la demanda de cercanía
también puede definirse como una percepción de 'abandono' del Estado y de 'disfuncionalidad'
de la elite política (la pregunta sería: "¿para qué sirven los políticos?
Si todo se resuelve o, incluso si no se resuelve mediante un Estado que se ha
vuelto más eficiente, y al través de los mecanismos de mercado, para qué
sirven los canales de participación institucional?").
§
La cuestión es cómo crear
respuestas eficaces a los nuevos problemas que plantea la creciente fragmentación
social.
Esto es, en el campo del sistema institucional
descentralizado del departamento de Montevideo: ¿qué cuestiones o
"asuntos públicos" deben resolver, considerar y representar las
instituciones y órganos de poder local, mediante cuáles canales de
representación de las demandas de los ciudadanos y ciudadanas, mediante qué
definición precisa de cuáles competencias? las instituciones
descentralizadas y en las prácticas del proceso de participación ciudadana
ante los nuevos desafíos de un entorno de creciente fragmentación social que
también se expresa en demandas cada vez más fragmentadas?
Desde un punto de vista normativo el entorno de
creciente fragmentación de la sociedad propone dos interrogantes diferentes
para los supuestos que inspiraron la descentralización y la creación de un
sistema institucional de promoción de la participación ciudadana: a) Cómo
expresar los nuevos procesos de creación de demandas locales que tienden a
constituirse como demandas cada vez más pequeñas - o micro demandas sociales -
que carecen de “mostrador de entrada“ en el aparato de Estado, en la propia
I.M.M. y también en las actuales expresiones de Gobiernos del Territorio en los
18 distritos existentes? b) Cómo crear una lógica institucional estable de
resolución de las mismas y una cultura de gestión ciudadana y vecinal que
promueva la integración social en vez de fomentar la fragmentación ya
existente y sus dimensiones más preocupantes de aumento de las desigualdades,
insolidaridad, tendencia al ghetto y pérdida de cohesión territorial del
conjunto de los problemas de la ciudad y sus asuntos públicos?
§
El último eje a considerar
para el análisis de los nudos críticos del sistema de descentralización y la
elaboración de sus respuestas es la Gestión de los Tiempos y la
localización de los escenarios y las políticas públicas en entornos y objetivos
de corto, medio y largo plazo mediante su revisión permanente.
ALGUNOS
NUDOS CRÍTICOS DEL
PROCESO - SISTEMA DE DESCENTRALIZACIÓN
A los efectos de un mejor ordenamiento de este capítulo,
estimamos necesario enumerar a continuación lo que a nuestro juicio son
actualmente algunos focos problemáticos del proyecto, proceso y sistema de
descentralización impulsado por la Intendencia Municipal de Montevideo.
Si bien, como se ha establecido, el tejido social
organizado vinculado a la descentralización participativa es extendido y
abigarrado, no existen indicadores claros de vigor expansivo y en buena medida
se percibe una tendencia a una cierta inercia de participar en función de
objetivos excesivamente particulares.
Parecería que los espacios de la participación implementados
no alientan a la incorporación creciente de nuevos actores de todos
los tipos. Más bien existe una continuidad de colectivos ya estructurados.
Las transformaciones sociales ocurridas y el sentido de
la acción política que se defina, requiere
de una revisión de los espacios de la participación.
Desde la necesidad de una coordinación de ese vasto
"archipiélago" de nodos de participación que se describía
anteriormente, hasta la promoción de nuevas formas más acordes con los códigos
culturales vigentes, plantean el requerimiento de una revisión en profundidad
de los espacios de participación.
La convocatoria a la participación no siempre ha
estado acompañada de objetivos claros.
Existen en el presupuesto participativo,
en la planificación participativa y en algunas otras ocasiones
frente a problemas generales o zonales concretos, pero no han sido frecuente
grandes propuestas que le ofrezcan a la gente una perspectiva transformadora
desde su quehacer participativo.
Parece necesario sistematizar un modelo de trabajo en
cuyo marco identificar ideas y aprovechar los temas coyunturales significativos
para convocar a una participación más rica y enriquecedora.
La implantación del planeamiento estratégico a nivel
de cada zona fue sin lugar a dudas un verdadero acierto.
El problema es que la operativa de dicho proceso de
planeamiento ha derivado en parte hacia la aplicación de técnicas de
planeamiento territorial para la adecuada enunciación de los diversos problemas
urbanos de la zona. Con ello si bien se ha logrado elaborar con algunos
colectivos de vecinos valiosos documentos de análisis y propuestas urbanas para
la zona, se ha perdido en parte la gran fuerza del planeamiento estratégico que
es la identificación de unas pocas ideas fuerza que sepan expresar el sentir y
los deseos de la zona.
La dinámica del planeamiento estratégico se
caracteriza por su relativo bajo énfasis en los detalles, y la predominancia de
las grandes ideas que puedan tener valor movilizador. Eso es el planeamiento
estratégico: capacidad de desencadenar procesos de cambio a partir del
involucramiento de la máxima cantidad de actores en un cierto sentido.
Tal vez este sea uno de los aspectos más críticos.
Por un lado no existe una adecuada información de la totalidad de los servicios
ofrecidos a la población, determinando que no todos los que quisieran o
necesitan puedan usas de los servicios ofrecidos.
Esta desinformación comienza por los propios
funcionarios de los CCZ y en general de toda la IMM, quien no siempre disponen
de mecanismos de información interna permanentemente actualizada que les
permita evacuar cualquier consulta.
A su vez, desde la población, no existen medios de
comunicación claros y con el alcance requerido para la oferta continua y
actualizada de la información.
Por otro lado, no se dan mecanismos claros de
comunicación de las diversas propuestas y puntos de vista de la IMM que hagan
posible que la ciudadanía comprenda en todas las ocasiones el sentido de la
acción gubernamental.
Los problemas anotados en referencia a la gestión
sumados a las carencias presupuestales, han operado con frecuencia como factores
de desaliento. A ello se debe agregar en ocasiones una relación un tanto difícil
con los funcionarios, no siempre conscientes del nuevo protagonismo vecinal.
Además la gestión de provisión de servicios, que
tiene alta visibilidad, aunque bien evaluada en el rubro atención de los CCZ,
muestra algunas señales de alerta: por ejemplo, dos de los problemas del barrio
más citados dependen de los CCZ: barrido y alumbrado.
Tal vez el desarrollo aluvional del aparato de gobierno
y administración, ha propiciado asimetrías en la estructura administrativa, lo
cual estaría explicando el avance desigual en la dinámica de la gestión.
Ello esta poniendo de relieve la perentoria necesidad,
para mejorar la gestión en su conjunto, de un sistema de evaluación y
seguimiento.
Resolver estos focos problemáticos requiere decisiones
y acciones para las cuales estimamos pertinente la consideración de los
siguientes criterios:
1.
Evitar la falsa contradicción
descentralización / centralización.
2.
Resistir la tentación del
“borrón y cuenta nueva” o de la “gran reforma”. Si bien los anuncios de
estas acciones pueden resultar políticamente impactantes y hasta redituables en
lo inmediato, luego las mismas resultan de muy difícil instrumentación. ¿Podría
así como así desmontarse el actual andamiaje de la descentralización? ¿Cuánto
más puede resistir el mismo tal como está? ¿Hasta dónde es posible
reformarlo?
3.
Evitar también la errónea
concepción de que es posible obtener avances importantes mediante la adopción
de medidas meramente técnico / administrativas. ¿Se optimiza el proceso de
descentralización y participación por el mero hecho de asignarles más
recursos humanos y materiales a los servicios desconcentrados?
4.
Tampoco caer en el error de
considerar a los recursos humanos como “instrumentos manejables desde
arriba” o, por el contrario, “ingobernables”. Generar, acordar y controlar
el cumplimiento una cultura de “responsabilidad en la gestión”, lo cual
requiere objetivos políticos nítidamente definidos y sostenidos por parte del
gobierno y liderazgos gremiales sólidos, representativos y responsables en
materia de movilización y compromisos. ¿A los funcionarios municipales sólo
les corresponde ser “empleados” en el proyecto / proceso de descentralización?
¿Acaso no son vecinos y ciudadanos de Montevideo?
5.
Ubicar las acciones en clave
política y generar los apoyos políticos necesarios para impulsarlos.
6.
No subordinar tales
decisiones y acciones a los "tiempos electorales"
7.
Tener en cuenta que el
sujeto y sustento de todo gobierno democrático es la gente. Y para que ésta se
involucre tiene que estar informada. Concebir a la información más que como
una colección de comunicados, como una batería de elementos de juicio que le
permitan a la gente pensar con su propia cabeza y asumir integralmente sus
derechos y compromisos ciudadanos.
ALGUNAS
PROPUESTAS PARA EL ABORDAJE
FUTURO
DE LA DESCENTRALIZACIÓN
Las situaciones de crisis no han de ser entendidas exclusivamente como
tiempos de ocaso; han de ser asumidas como circunstancias fértiles, ricas en
posibilidades, capaces de parir algo nuevo y mejor que lo viejo.
En tal sentido, enumeramos a continuación aspectos globales,
institucionales, políticos y operativos en nuestra opinión inherentes a la
profundización y mejoramiento del proceso de descentralización.
En nuestra opinión, los mismos no debieran ser analizados aisladamente
sino como un conjunto en el marco de otras iniciativas también tendientes al relanzamiento
de los ejes políticos de la actual gestión de gobierno municipal.
·
Aspectos
globales:
-
Redefinir los límites y
objetivos de la descentralización: ¿descentralizar hasta dónde y para qué?
-
Asimismo, redefinir el
sentido de la participación sobre bases de un nuevo concepto de ciudadanía y
la capacidad de la IMM para traducir las demandas de la gente en políticas
concretas.
-
Concomitantemente, definir
con más claridad los campos donde la participación ciudadana tiene capacidad
de decisión, de incidencia o sólo de iniciativa.
·
Aspectos
institucionales:
-
Encarar la necesidad de
simplificar -conjugando criterios de democracia, transparencia y eficiencia- el
andamiaje institucional de la descentralización.
Ello podría traducirse en un nuevo
"Estatuto Organizativo y Funcional de la Descentralización" producto
de un proceso de elaboración colectiva y los acuerdos políticos pertinentes.
Las variables y alternativas para
esta reforma institucional se enumeran en el apartado VII de este capítulo.
-
Pero la descentralización no es una entelequia.
Ciudadanos y funcionarios municipales son sus principales protagonistas.
También
a esos niveles sería conveniente considerar plasmar esta “puesta a punto”
del proceso en otros dos documentos de dimensión institucional y sólido
consenso: una “Declaración de derechos y responsabilidades de los
ciudadanos de Montevideo” 3
y una suerte de “Compromiso ciudadano de los funcionarios de la IMM”.
·
Aspectos
políticos y sociales:
-
Como se enunció en el punto
anterior, toda modificación del andamiaje institucional del proceso de
desconcentración administrativa, descentralización política y participación
ciudadana requiere, aparte de una incuestionable estructura jurídica, altos
niveles de acuerdo político y social.
La experiencia indica que en estos aspectos tan
importante como los fines son los medios. En consecuencia, para construir tales
acuerdos y en función tanto de las circunstancias actuales como de las pautas
de relacionamiento político y social que sigue el gobierno departamental habría
que considerar la pertinencia de habilitar (o rehabilitar, ya que en etapas
anteriores del proceso funcionaron) ámbitos tales como Comisiones Mixtas y
Especiales, Montevideo en Foro, etc. Ello sin perjuicio de las competencias
propias del Ejecutivo Comunal, la Junta Departamental y los órganos actualmente
existentes de la descentralización.
POSIBLES
ESCENARIOS POLÍTICO - INSTITUCIONALES
A
CONSIDERAR EN UNA PERSPECTIVA DE CAMBIOS
1.
Eliminación de la descentralización y consolidación de la
desconcentración
Esta
opción es una de las más extremas y en realidad apuesta a una conservadora
visión eficientista de la gestión.
De
acuerdo a la práctica desarrollada y dada la consolidación institucional y
funcional del CCZ así como su aceptación por las mayorías, esta alternativa
en ese aspecto podría gozar de importantes consensos.
Justo
es señalar que se estaría ante un muy importante viraje político e ideológico
con respecto a las definiciones programáticas asumidas en 1990 y reafirmadas
hasta el momento.
2.
Fortalecimiento de la actual estructura en tanto sistema
En
esta opción no se prevén cambios en las instituciones hoy vigentes en cuanto a
su existencia y naturaleza.
Ineludiblemente
habría que revisar sus competencias y atribuciones para convertirlas en un
sistema de órganos que efectivamente se complementan y no una sumatoria de
instancias difícilmente coordinables como en la actualidad.
3.
Jerarquización de las Juntas Locales elevándolas a regionales y
fortalecimiento de los Concejos Vecinales.
La creación de las regiones, aún hoy en
proceso en cuanto a su naturaleza y contenidos, puede ser la base de Juntas
Locales con un territorio más vasto y con la misión de una gestión más
orientada a los grandes proyectos de alcance regional, en lugar de seguir
analizando expedientes particulares de ámbito zonal.
Las regiones recientemente creadas requieren de
una reflexión y conducción política en cuanto a proyectos y medidas de buen
gobierno a ese nivel, para lo cual podría ser un gran aporte el que junto a los
Directores de División regionales, actuaran los órganos políticos
jerarquizando y fortaleciendo esa gestión.
Complementariamente, a nivel zonal se trata de
fortalecer los Concejos Vecinales ampliándolos y promoviendo una dinámica más
vigorosa y participativa en el sentido de lo que se ha venido analizando en este
informe.
4.
Conversión de las Juntas en unipersonales y fortalecimiento de los
Concejos Vecinales
Esta opción recoge la rica experiencia del
antiguo Coordinador Zonal, en tanto el representante político del Intendente en
la zona, gobernando y promoviendo el cogobierno de una manera mucho más ágil y
decidida en directo correlato con el Concejo Vecinal y de cara a los vecinos.
Aquí también correspondería un
fortalecimiento y redefinición de los Concejos Vecinales en el sentido
anteriormente anotado.
5.
Eliminación de la representación política partidaria en Juntas y
fortalecimiento de los Concejos Vecinales
Es esta una opción en el otro extremo de la
que se señalaba en primer término. Aquí, se asume el camino de la
representación vecinal y la participación en un cogobierno en donde
simplemente dialogan el órgano administrativo con los vecinos organizados.
El Concejo Vecinal, también al igual que en
las otras opciones, debe fortalecerse y redefinirse, y pasa a ser el principal y
único protagonista institucional del cogobierno.
En alguna medida, podría decirse que esta fórmula
implica una suerte de retorno o aproximación a la “fuente” de las Bases
Programáticas para el Gobierno Departamental de 1989 para las actuales
circunstancias (lo cual no significa hundirse en el pasado).
Cualquiera de estas opciones que se asuma deberá
ser ampliamente discutida y evaluada políticamente. En ello es ineludible
inscribir esta discusión en preguntas más amplias: ¿cómo y para qué
gobernar?
En esta discusión deberán comprometerse todos
los actores involucrados: el equipo de gobierno, la fuerza política que lo
respalda, la sociedad civil organizada, y los funcionarios municipales.
Solamente de las definiciones obtenidas desde
esta perspectiva, se puede arribar una propuesta que sepa se aceptada y por ende
cumplir con los propósitos que se le asignen.
ESCENARIOS
ESPECÍFICOS DE CAMBIO DE DISEÑO
SOBRE
LOS CONCEJOS VECINALES
En todos los Escenarios propuestos a continuación se
plantean los siguientes factores de cambio.
Si se acepta como válida la hipótesis expuesta en las
Conclusiones del Capítulo 5 sobre el aumento de la distancia entre Concejos
Vecinales y base vecinal entonces una de las claves para un mayor
"rendimiento" de la institución Consejo Vecinal en relación con sus
objetivos fundacionales (participación social), su principio de legitimidad
(representación de intereses), y su supuesto normativo básico (promoción de
una cultura de la participación ciudadana cotidiana) es actuar sobre el sistema
de incentivos que regula el funcionamiento de los Concejos.
¿Qué significa actuar sobre los incentivos del
funcionamiento de los Concejos?
§
En primer lugar definir con
claridad un menú de competencias formales estricto para la demarcación de los
roles de los Concejos.
§
En segundo lugar avanzar hacia
la formalización, dentro del marco constitucional y legal existente, de la
obligatoriedad o asesoría preceptiva de los Concejos Vecinales para asuntos
establecidos también con toda claridad.
§
En tercer lugar formalizar la
exclusión del tratamiento de expedientes o procesos de gestión que dependen de
servicios desconcentrados o centralizados de la IMM para concentrar el esfuerzo
y la cultura de gestión de los Concejos Vecinales en el trabajo por Proyectos.
§
En cuarto lugar esta definición
previa implica que ella debe acompañarse también de un avance sustantivo en la
reforma de la gestión de la I.M.M. y el cumplimiento de sus metas de
racionalización, mejora de la velocidad, calidad y transparencia en el
cumplimiento de todos sus servicios, comenzando por los servicios
desconcentrados.
§
En quinto lugar avanzar hacia
la "proyectualización" de las micro demandas vecinales.
Esto es, no se trata de destruir su espontaneidad ni
menos aún de negar su heterogeneidad o fragmentación intrínseca. Para que las
instituciones locales superen sus "problemas de distancia" deben
expresar con eficacia y eficiencia (dentro de competencias claramente definidas)
las pequeñas demandas puntuales que expresan la realidad de una sociedad de
fragmentación creciente. Pero sí se trata de promover - junto a los grandes
Proyectos Zonales - una cultura del pequeño proyecto entre los vecinos, esto
es, una cultura de transformación de la demanda en pequeño proyecto de
elaboración simple y accesible para todos.
Y por tanto se trata de aplicar de modo sistemático
diversos instrumentos mediante los cuales los grupos vecinales realizan el
aprendizaje de construir y re elaborar sus demandas puntuales mediante el
formato de proyectos en los cuales aportan diversas contrapartidas. Para ello no
sólo los instrumentos ya utilizados son válidos sino que puede ser necesario
ensayar nuevas herramientas como los Fondos Sociales de apoyo a Pequeños
Proyectos de Mejoras de Barrios. Pues son justamente estas pequeñas demandas
cotidianas las que muchas veces no encuentran canales adecuados para su resolución
eficaz por el sistema.
Los Fondos Sociales no deben concebirse sólo como un
nuevo subsidio a la demanda social vecinal. En muchos casos ellos simplemente
podrían suponer la prestación de servicios que de cualquier modo habrían sido
realizados pero mediante un mecanismo diferente que permite concentrar las pequeñas
demandas en una única boca de entrada y una única boca de salida dentro del ámbito
de cada gobierno local y Centro Comunal Zonal. Con la diferencia del proceso de
apropiación ciudadana que produciría este nuevo mecanismo y el sentimiento de
logro compartido.
Ahora bien, desde el punto de vista de la
"Ingeniería" de los Concejos Vecinales, y aún dentro de los
objetivos que les son atribuidos, esto es, desde el punto de vista de las formas
o procedimientos para su integración y de la propia composición de su
integración, resulta posible concebir al menos 6 escenarios diferentes sin
ingresar en la valoración crítica de sus ventajas y desventajas.
Escenario 1
Mantener el actual modelo de elección a padrón
abierto por voto universal y secreto.
Escenario 2
Integración mixta y ponderada porcentualmente entre:
miembros electos por voto secreto, universal y a padrón abierto y miembros
designados por su representación de instituciones de la sociedad civil con
presencia en el tejido social real como instituciones deportivas, Iglesias,
asociaciones comerciales, organizaciones sectoriales como cooperativas o
sindicatos, etc.
Este sería un modelo mixto entre un mecanismo de
elección directa y un mecanismo de integración "neocorporativa".
Desde luego que este mecanismo resulta muy exigente en
términos de la sensibilidad por la diversidad del tejido social y la sociedad
civil de barrios y zonas lo que además sugiere que debiera poseer una integración
distinta de acuerdo a las realidades de los diferentes CCZ's y también distinta
en cada momento de formación de las nuevas autoridades de los Concejos. Pues
uno de los rasgos de las expresiones organizadas de la sociedad civil es con
frecuencia su carácter "plástico", cambiante y efímero
Escenario 3
Integración exclusivamente neocorporativa.
Está sujeto a todas las observaciones señaladas en el
punto precedente.
Esto es, atención por la variación territorial de las
diferentes realidades de la sociedad civil y cuidado de balances de poder entre
los distintos agentes sociales locales.
Escenario 4
Implica combinar el primer criterio de integración de
los Concejos Vecinales con la ampliación de su escala territorial de
competencias (por ejemplo un Consejo Vecinal representativo de varios Centros
Comunales Zonales). Es decir, este escenario supone avanzar en la dirección del
fortalecimiento del Consejo Vecinal como Actor Público y procurar aumentar su
representatividad. El precio de la ampliación de la escala sería naturalmente
el aumento de la 'distancia' con las demandas locales y vecinales.
Escenario 5
Implica combinar el criterio de integración mixta con
el aumento de la escala de competencias territoriales de los Concejos. Los
problemas y ventajas señalados en el Escenario 4 son igualmente válidos aquí.
Escenario 6
Implica combinar el criterio de integración
neocorporativa total con el criterio mencionado de aumento de la escala
territorial de los Concejos Vecinales.
RECOMENDACIONES
EMERGENTES
1.
Coordinación de todo el tejido social organizado a nivel zonal
A
nivel local/ zonal, corresponde definir una política de búsqueda y encuentro
con la sociedad que trascienda y en mucho los actuales mecanismos de presencia
vecinal en las instancias locales.
Se
trata de enfatizar en el necesario complemento que deben tener las
organizaciones barriales del tipo comisiones de fomento, con otras
organizaciones e instituciones locales (clubes, iglesias, comerciantes,
empresarios pequeños y grandes, entidades de la enseñanza, comisarías y los
órganos de seguridad ciudadana, grupos juveniles, etc).
Esta
búsqueda se debe concretar en formas ágiles y transparentes de coordinación,
que alienten la participación y sobre todo contribuyan a darle sentido.
Por
cierto que en esto también es fundamental despliegue permanente de información
a los vecinos, que los ubique en su realidad y los convoque a participar de las
decisiones que sean necesarias.
La
experiencia de las comisiones temáticas zonales (salud, infancia, mujer, etc)
deja importantes enseñanzas. Son ámbitos que saben reunir a vecinos que básicamente
les interesa un tema social específico y están dispuestos a trabajar intensa y
fecundamente allí.
Para
ello, el aliento a su constitución e inclusive la promoción de encuentros con
grupos análogos a nivel regional o de todo el municipio, es también una forma
de promover y fortalecer estas instancias de participación.
2.
Definición y promoción de nuevas herramientas y espacios de participación
La
crisis de la participación como una expresión de los cambios sociales y
culturales ocurridos conjuntamente con las dificultades del sistema
institucional descentralizado, plantean con énfasis la necesidad de repensar
las formas de participación.
Se
trata de trascender a las formas tradicionalmente existentes, no de sustituir
sino de agregar para que el objetivo de ampliar los espacios existentes pueda
cumplirse.
Para
ello habrá que experimentar formas que con mucho más fuerza que en la
actualidad involucren a la gente en tanto ciudadano individual, o a la familia
como tal, o a los nuevos grupos de referencia que puedan estar desplegándose.
Ello
requiere poner en práctica diversos dispositivos de consulta e iniciativa.
Plebiscitos e iniciativas populares zonales, votación electrónica, votación
telefónica, institucionalización de las comisiones temáticas zonales y su
coordinación a nivel del municipio todo, con asesoramiento técnico regular
cuando sea preciso, son solamente algunos ejemplos de nuevos dispositivos a
experimentar.
Por
su parte estos nuevos dispositivos y los ya existentes requieren de una mucho más
incisiva penetración en el mensaje hacia el tejido social, informándolo de la
marcha del gobierno municipal, sus vicisitudes, sus alternativas, las
oportunidades, etc.
Participar
no puede seguir siendo en exclusiva la concurrencia a largas reuniones en órganos
de funcionamiento lento y burocrático. Sin perjuicio de que dichos órganos tal
vez es inevitable que sigan funcionando, corresponde abrir nuevos espacios y
más atractivos para los mayoritarios grupos sociales que en la actualidad no se
acercan ni se implican en la gestión municipal.
3.
Redefinición precisa de las competencias del sistema institucional
descentralizado
En
cualquiera de las hipótesis que se defina en cuanto a la estructura
institucional de la descentralización, corresponde revisar en profundidad las
competencias de las distintas instancias a efectos de darle coherencia y
claridad al sistema.
En
la actualidad hay múltiples imprecisiones y eventualmente superposición de
competencias que atentan contra un funcionamiento fluido y eficiente de estos órganos,
y contra la percepción nítida de la población.
Tal
vez uno de los aspectos que haya que estudiar con mayor detenimiento sean
aquellas competencias –necesariamente pocas- que sean de exclusivo resorte de
las instancias locales con el objetivo de efectivizar la transferencia de poder
sin que ello implique una suerte de descuartizamiento del municipio
con zonales autónomos que impidan una única visión de ciudad y municipio.
4.
Definición más nítida de roles y competencias en algunos ámbitos de
Dirección
En
este rubro podrían incluirse los Secretarios de Junta Local, quienes no figuran
como referentes en la encuesta (aunque tal vez podrían asimilarse a la categoría
"Director de CCZ"), o en todo caso su rol no es nítidamente
percibido.
Lo
cierto es que aunque en el equipo de gobierno se reafirma su carácter político,
el marco normativo vigente no avala estrictamente al Secretario de Junta, por lo
cual éste queda sujeto en el ejercicio de sus funciones a las orientaciones
asignadas por la Junta Local y, eventualmente, por el Director Administrativo
del CCZ.
Sería
pertinente estudiar alternativas para este problema que se vincula a la falta de
un interlocutor político que opere como representante de la IMM y sea percibido
como un articulador "próximo" por la ciudadanía.
Con
este punto se relaciona también la revisión compleja pero necesaria de la
estructura de los CCZ, también visualizada confusamente por los entrevistados.
5.
Los Centros Comunales Zonales como factores críticos de éxito
Debatir y definir su perfil
organizacional, sus funciones principales y proyección hacia el futuro es una
tarea posible, que reviste considerable urgencia para ajustar y optimizar la
eficacia de la gestión.
Probablemente, en el marco de este análisis
un subtema con identidad propia refiere al modelo de funcionamiento y a las
prioridades asignadas al equipo técnico de cada CCZ. Especialmente el área
social de este equipo tiene roles fundamentales que podrían potenciarse
concentrando su aporte en algunos programas definidos como prioritarios en el
conjunto del Departamento y otros de alcance zonal.
Visto el resultado arrojado por la
encuesta en relación con la participación efectiva, que es sensiblemente baja,
el área social debería priorizar los programas que impliquen un
fortalecimiento del tejido social y construcción de participación ciudadana
activa y responsable.
6.
Montaje de un sistema de información referido a los avances y
resultados, para la evaluación
Un tema importante relacionado con lo
anterior es el montaje de un sistema de información sobre programas y áreas.
La producción de información,
aunque responsabilidad de cada uno de dichas áreas y programas, debería ser
incorporada como información –insumo al modelo o sistema centralizado.
En todo caso el sistema de información,
imprescindible para el seguimiento y la medición, es más útil y eficiente en
términos de relación costo beneficio, si converge en un modelo centralizado,
aunque se produzca descentralizadamente.
7.
Fortalecimiento del Presupuesto Participativo y Planes Zonales
El
planeamiento es la forma que tiene un gobierno para administrar racionalmente
los recursos disponibles y hacer posible el cumplimiento de los grandes
objetivos previamente definidos.
Al servicio
de este propósito, ya desde la primera administración se iniciaron varios
procesos de planeamiento en donde lo más destacable fueron
los Planes Estratégicos, el Plan de Ordenamiento Territorial y los planes
particulares en proceso de elaboración. Ha habido, pues, una fuerte apuesta a
un proceso de planeamiento multidimensional, colectivo y democrático
Sin
perjuicio de lo anterior, y sin desconocer la importancia del tradicional
planeamiento urbanístico, persiste una concepción del ordenamiento territorial
basada exclusivamente en orientan los aspectos morfológicos y funcionales.
La
participación ciudadana encuentra en esta actividad una de sus mejores formas
de canalizarse y proyectarse con su voz soberana; pero para que ello ocurra, es
muy importante su adecuada convocatoria y su involucramiento real y no meramente
formal en ocasiones a través de instancias muy débiles en cuanto a su
contenido participativo.
Los Planes
Zonales han demostrado los beneficios de un esfuerzo de capacitación y
participación de un determinado núcleo de vecinos que han aprendido a
diagnosticar la problemática del territorio y concebir minuciosa y precisamente
respuestas a cada uno de los sectores y sub sectores que componen la escala
territorial objeto de estudio y planeamiento.
Cabría
preguntarse si en ese esfuerzo hay importantes avances en el involucramiento de
la mayoría de los vecinos de la zona. En respuesta a tal interrogante podría
decirse que predomina una compleja y abigarrada propuesta de soluciones para la
totalidad de los temas urbanos, en lugar de una o dos grandes ideas que
convocantes para la mayoría de los vecinos.
Lograr tal
convocatoria a partir de ideas fuerza y propuestas concretas requiere de una
metodología distinta en donde importan mucho menos los tecnicismos que terminan
siendo patrimonio de reducidos grupos, ante la posibilidad de masivos
pronunciamientos sobre pocas grandes propuestas. Este es el planeamiento estratégico.
Ello tiene
sentido a nivel zonal-local, pero también a nivel global municipal. A Montevideo le están faltando grandes ejes
movilizadores que entusiasmen a las mayorías y que por lo tanto sirvan para
aunar múltiples energías sociales, políticas y económicas.
Se trata de
buscar colectivamente cuáles pueden ser aquellos pocos objetivos en que desde
el gobierno municipal con el apoyo mayoritario de la población a través de sus
diversas instancias, pueden llegar a constituirse en verdaderos ejes
transformadores.
Sin negar
en lo más mínimo la importancia de la dimensión ornamental en la búsqueda de
una belleza del paisaje urbano que en sí misma es un elemento de calidad de
vida, o de la adecuada funcionalidad de una ciudad ordenada, el planeamiento
debe servir para identificar factores de desarrollo, particularmente en momentos
de tanta angustia laboral, exclusión social y ausencia de futuro colectivo.
Del
planeamiento debe surgir un audaz y penetrante marketing de la ciudad en un
esfuerzo de promoción interno e internacional que reafirmando identidades sepa
captar apoyos, recursos y aliados. En los planes más allá de las complejas y
minuciosas prescripciones técnicas es importante incorporar discusión y
propuestas en referencia a: la ciudad productiva, la ciudad solidaria, la ciudad
educadora y la ciudad ambientalmente protegida.
Con la
conciencia de las limitaciones del quehacer municipal es ineludible referirse a
esos tópicos si efectivamente se quiere propiciar el desarrollo y no meramente
un mejoramiento urbanístico.
Vinculado
con lo anterior, surge la problemática del presupuesto participativo. La
discusión pública del presupuesto y en particular desde lo local, es una
definición enormemente importante que se puede decir que constituye la
"marca de fábrica" de esta administración. Una verdadera innovación
en la historia política del país, que debe de sostenerse como una de las
definiciones más importantes.
Sin
embargo, es observable un progresivo
debilitamiento del presupuesto participativo con una tendencia a la ritualización
de las reuniones y las diversas instancias existentes. Ello se manifiesta en una lenta
pero preocupante pérdida de credibilidad en el procedimiento, que tal vez mucho
tenga que ver con la respuesta de la encuesta que indica poca fe en que las
decisiones del gobierno municipal tengan en cuenta las opiniones personales.
Parece necesario reconsiderar
la modalidad de elaboración del presupuesto participativo, y en ese marco
evaluar la posibilidad de habilitar en el mismo márgenes (por angostos que
sean) que impliquen la resolución en exclusiva por parte de los vecinos. En tal perspectiva, habrá que
establecer qué materias y qué montos se afectan a esta modalidad de decisión
para luego propiciar una discusión zonal lo más abierta y ágil posible cuyos
resultados puedan y deban ser respetados rigurosamente en la ejecución
presupuestal.
La propia
discusión del presupuesto participativo debe se tener una gran difusión,
inclusive con propuestas provocativas en las agendas previas, a efectos de
movilizar realmente a los vecinos en la reflexión y decisión de lo que se
quiere para la zona y el barrio.
8.
Reformulación de la apertura programática en políticas sociales y
culturales con el objeto de enfatizar en ejes prioritarios evitando la actual
dispersión
El
amplio menú enfáticamente orientado desde 1990 a generar situaciones emblemáticas
que mostraran a una nueva administración municipal efectivamente comprometida
con las necesidades de la gente, pareciera que debe actualizarse en función
de los nuevos requerimientos y posibilidades de la realidad.
Cambió
la sociedad, cambiaron las instituciones estatales, el gobierno municipal se
desempeña en un nuevo escenario político, todo lo cual empuja a una reflexión
en profundidad que permita adecuar el rumbo.
La
actual apertura programática padece de una inercia que no se justifica,
llevando a afectar una importante cantidad de recursos presupuestales en
acciones sobre las cuales no hay total claridad acerca de si son las más
adecuadas.
Por
otra parte, las políticas sociales y culturales, deben de contemplar demandas y
necesidades, pero también deben constituirse en la oportunidad de formular y
proponer valores y marcos de vida. Los problemas de la infancia, de la juventud,
la salud, etc., son aspectos a contemplar en su componente de necesidad a ser
cubierta, pero en consonancia con lo que se supone debiera ser el cometido más
elevado de la propuesta gubernamental, deben de estar acompañados de un marco
de referencia cultural y moral.
De
acuerdo a las reflexiones que se hacían al inicio de este informe, los cambios
ocurridos en el contexto social, han empujado para que el común de la gente
sienta la necesidad de encontrar sentido a su acción y a la vida en última
instancia. La reciente polémica en nuestro país acerca de la necesidad de
renovar la enseñanza de valores en el sistema educativo no es ajena a esta
problemática.
Construir
una nueva ciudadanía y alentar propuestas de vida diferentes requieren
propuestas concretas para lo cual los programas sociales y culturales son un
excelente punto de partida para construir con la gente nuevos horizontes.
9.
Mayor articulación y coordinación programática con el Departamento de
Cultura
Las
políticas sociales, fundamentalmente ubicadas en el Departamento de Actividades
Descentralizadas, es correcto que se conciban como la formulación de grandes
lineamientos para todo el municipio, que deberán ser especificados en las
diversas realidades zonales conjuntamente con el esfuerzo y la participación de
la gente a nivel de los programas concretos.
La
experiencia desarrollada a lo largo de estos once años, indica que los
denominados programas sociales se hayan íntimamente vinculados con las
propuestas culturales en sus dos vertientes: los programas culturales que se
orientan predominantemente a la educación de los destinatarios, y los programas
culturales orientados predominantemente a la recreación.
La
realidad demuestra la enorme potencia movilizadora de cualquiera de ambas
vertientes, particularmente cuando desde la gestión misma de los programas se
involucran los destinatarios. Piénsese por un momento en las actividades del
carnaval, el deporte, el teatro, los cursos de formación extra curricular, etc.
Se
trata de una temática íntimamente vinculada con los programas sociales que
muchas veces sus fronteras no se pueden determinar. Por ello, operativamente
resulta altamente recomendable incrementar la coordinación a efectos de
optimizar los recursos disponibles y mejorar la eficacia social de las
propuestas. A vía de ejemplo, la difusión periódica y precisa de todas las
propuestas pudiera y debiera de hacerse conjuntamente y al servicio de los
mismos objetivos comunicacionales (medios a usar, tipo de público al que
llegar, etc).
Ambos
departamentos son necesarios como tales, dado que su dimensión no permitiría
un mayor crecimiento de ninguno de ambos. Pero de lo que se trata es de
compactar la gestión para alcanzar economías de escala y potenciar los escasos
recursos existentes.
10.
Una adecuada estrategia de información y comunicación
El
análisis de la realidad efectuado ofrece como uno de los principales focos
problemáticos tal cual se señalaba con anterioridad, las dificultades para una
adecuada información y comunicación de la IMM con el conjunto de la población.
La
percepción de la gente se construye con base en la percepción inmediata de los
resultados materiales de la gestión, la imagen y el discurso del Intendente y
en lo fundamental la visión que recogen y difunden los diversos medios de
comunicación acerca de la IMM y su gestión.
Ello
ha motivado que en la medida que los márgenes de realización material a lo
largo de estos diez años han sido verdaderamente excepcionales en comparación
con toda la historia anterior de la IMM particularmente en la segunda mitad del
siglo XX, la percepción social sea muy clara en cuanto al reconocimiento de una
gestión exitosa en el abordaje de los problemas urbanos tradicionales.
Por
su parte, los atributos personales de comunicación que han caracterizado a los
dos intendentes que se sucedieron en la administración, también han servido
desde estilos muy diferentes para establecer una cierta comunicación con el
conjunto de la población.
La
tercera forma de conocer las características y naturaleza de la gestión
municipal es a través de los medios masivos de comunicación, los que en su
amplia mayoría han demostrado una suerte de indiferencia y animadversión hacia
las propuestas y formas de gobierno de la IMM, con base en un cuestionamiento
ideológico a su orientación.
El
presente estudio, desde las formas de verificación empírica aplicadas, ha
permitido comprobar la magnitud de esa desinformación generalizada de aspectos
de suma relevancia de la gestión. Las nuevas instituciones de la
descentralización, las funciones concretas de los CCZ, los programas sociales y
culturales existentes, son tal vez los aspectos de la gestión peor conocidos
por el común de la gente.
Ello
es particularmente grave, ya que si un gobierno define la importancia de un
cierto tipo de accionar, es ante todo para que sea conocido, usado y aprovechado
por el conjunto de la ciudadanía, y ello no será nunca plenamente posible si
ésta ni siquiera está enterada.
Una
parte muy importante del presupuesto municipal está siendo afectada para que
unos pocos sectores de la población conozcan y usen servicios y espacios
institucionales. Pareciera que si existen dudas acerca del sentido de esos
servicios e instituciones sería más lógico eliminarlas que continuar
invirtiendo de esta forma.
Las
propuestas programáticas han sido muy claras en cuanto a la necesidad de una
gestión que junto con la excelencia en el adecuado cumplimiento de los
denominados servicios urbanos tradicionales, ofrezca nuevos espacios de
participación ciudadana y atienda determinados requerimientos de la sociedad en
la perspectiva de nuevos y distintos valores de convivencia social y política.
El
cumplimiento de este compromiso requiere de una institución particularmente
locuaz en sus intenciones y en las cosas que ofrece al servicio de esa concepción.
De lo contrario, se produce algo que en alguna medida está presente, que es un
discurso programático determinado con una práctica de gestión y gobierno
diferente.
Ello
encierra importantes aspectos eminentemente políticos que habrá que ir
resolviendo en cuanto a qué cosas efectivamente se desean impulsar y de qué
manera. Pero una vez resueltas estas disyuntivas corresponde formular y
aplicar consecuentemente una estrategia de información y comunicación
socialmente eficaz (es decir que sepa llegar a las mayorías) y eficiente
(es decir que use los dispositivos técnicamente adecuados con los menores
costos).
Para
ello se necesita concebir un complejo dispositivo multimedia que haga posible
romper la dependencia de la comunicación con los medios masivos. A ellos hay
que seguir llegando con comunicados precisos y coherentes, pero siendo
plenamente conscientes que siempre eso será parcial y eventualmente sujeto a
deformaciones.
Por
lo tanto de lo que se trata es de proveerse de medios de comunicación propios,
los que en las actuales circunstancias pueden y deben ser del tipo multimedia,
es decir, usando para la transmisión de manera coherente y respetando los
diversos códigos, diversos medios (electrónicos, murales, escritos, etc).
Pero
no solamente es un problema de medios de comunicación,
es también la elaboración de contenidos comunicacionales que a diversas
escalas y con alcances diferentes sepan garantizar la coherencia de una gestión
tan polivalente como es un gobierno municipal haciendo posible que en la
percepción social se pueda observar y comprender la totalidad de la gestión
por parte de la totalidad de la población.
A
esto se le ha dado en llamar marketing institucional, por obvias vinculaciones
con el mundo de la publicidad. Ello no debe ser un factor de menosprecio,
precisamente los cambios sociales y culturales ocurridos plantean
perentoriamente nuevas formas del diálogo político y social que es ineludible
conocer y adoptar si se desea efectivamente llegar a la gente.
Una
comunicación así concebida no necesariamente significa elevadas erogaciones.
Tal vez exista algún mayor gasto en lo inmediato, pero de lo que se trata es de
evaluar si sigue sirviendo ofrecer servicios que cuestan importantes cantidades
de recursos sin impacto real.
Finalmente
una estrategia en el sentido que se anota aquí debe complementar la prolija y
minuciosa información que se le ofrece a la gente con determinadas propuestas
de vida inherentes a la forma de usar la ciudad, de vivirla y de encarar el
conjunto de relaciones interpersonales que cotidianamente se despliegan en el
escenario urbano.
El pensamiento programático que ha
estado inspirando el gobierno de Montevideo es muy claro en muchas de estas
cosas. El problema es que no se ha sido tan claro en la forma de difundirlas.
3
Existe el antecedente de la “Carta de Derechos Vecinales de
Montevideo”, firmada por el Intendente Municipal en diciembre/98, con
motivo del 50° aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos de
las Naciones Unidas
(El
presente Informe fue elaborado en el marco del convenio suscrito el 20 de
diciembre de 2000 entre la Intendencia Municipal de Montevideo y el Instituto de
Investigación y Desarrollo)
INDICE
Introducción
Capítulo I: Un contexto de transformaciones sociales
Capítulo II: Estado y sociedad en la gestión municipal de Montevideo
Capitulo III: La descentralización desde la percepción de la población montevideana
Capítulo IV: Descentralización y eficacia
Capítulo V: La participación efectivamente ocurrida y sus sujetos
Capítulo VI: Sugerencias y recomendacionesVolver a Documentos
10 años de descentralización: un debate necesario
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10 años de descentralización:
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Guillermo Font - ELECTRICISTA
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