Nota
publicada en el Semanario BUSQUEDA,
24/05/2001.
LA
SUERTE DE UN EVENTUAL PLEIBISCITO QUE PUDIERA CONVOCARSE
SOBRE DESPENALIZAR EL ABORTO DEPENDERIA DE LOS DETALLES DE
LA PROPUESTA
Por
Luis E. González
La problemática
del aborto es particularmente difícil de abordar, en parte por
la naturaleza de los motivos que impulsan a los dos bandos, y en
parte por la forma en que se definen esos bandos. A veces,
cuando se resume el problema, se habla de los que están
"en contra" versus los que están "a favor"
del aborto. Pero en la práctica nadie o casi nadie está
realmente "a favor" del aborto: el aborto no es algo
deseable, por muchas razones. Se discute en qué circunstancias
el aborto es o podría ser un mal menor, y hasta qué punto las
decisiones al respecto deberían ser tomadas por los
directamente involucrados, y no por el estado. Si el estado debe
estar afuera, entonces el aborto, al menos en ciertas
condiciones, debe ser despenalizado. No alcanza con que no se lo
castigue; en esas condiciones el aborto no debería ser un
delito.
La oposición más radical al aborto
normalmente tiene raíces religiosas, y defiende la vida humana
desde su concepción. Desde esta perspectiva pocas causas son
tan profundas, tan esenciales, como esa oposición radical al
aborto. Los defensores más activos de la despenalización del
aborto sostienen los derechos postergados de las mujeres en
relación a la maternidad y a su propio cuerpo, aspectos históricamente
centrales de la subordinación femenina a sus tutores masculinos
(padres, hermanos, maridos, hijos). Por eso las voces aquí son
relativamente mucho más femeninas (y no necesariamente
"feministas"). Desde las dos perspectivas la
honestidad de los sentimientos y la profundidad de las
convicciones dificultan la tolerancia del "otro" y de
sus razones.
Las realidades son por lo menos tan
complicadas como las razones. En el Uruguay el aborto es siempre
un delito, pero aunque (por razones obvias) no se disponga de
datos precisos al respecto, se sabe que es una práctica
ampliamente generalizada. Por lo tanto, y como mínimo, somos
colectivamente hipócritas: hacemos regularmente lo que nosotros
mismos definimos como delito. Sabemos, además, que esas prácticas
son muy desiguales. Todas las mujeres pueden abortar, pero las
condiciones y consecuencias no son iguales para todas. Las
mujeres pudientes y educadas pueden abortar en condiciones técnicamente
apropiadas; las demás deben recurrir a lo que está a su
alcance.
Las actitudes hacia el aborto
Tal vez porque las realidades son como
son, en los últimos años las encuestas registran que la gran
mayoría de la población (alrededor de siete de cada diez
adultos) cree que hay que hacer algo al respecto. Pero minorías
importantes (entre un quinto y un cuarto de la población)
piensan que hay que dejar las cosas como están. Y si a los
partidarios del statu quo se suman los que no opinan y los que
creen que habría que hacer algo, pero no saben qué, la minoría
que no se pronuncia se acerca a cuatro de cada diez personas.
Los que sí tienen ideas propias bien
definidas son minorías. Los que consideran que es necesario
"legalizar" (o despenalizar) el aborto, al menos en
algunas circunstancias, también se acercan al 40% de la población.
Los que piensan que se lo debe prohibir efectivamente, y que se
deben cerrar las clínicas que lo practican, son algo más del
10% de la población; el resto (otro 10%, aproximadamente)
sugiere principalmente medidas educacionales (como la difusión
de distintos métodos de control de la natalidad).
Cuando las preguntas se vuelven más
concretas ("¿en caso de ... el aborto se debería permitir
o se debería prohibir?"), desde hace al menos una década todas
las encuestas conocidas (de Cifra y de otros
encuestadores) muestran que el aborto debería ser permitido en
casos de riesgo de vida para la embarazada, de probables
malformaciones fetales, o de violación. Amplias mayorías
(entre el 60 y el 80% de la población, según el caso) piensan
de ese modo. Como sería absurdo permitir el delito, en estos
aspectos la opinión de la mayoría claramente discrepa con la
legislación uruguaya. Sin embargo, en otras circunstancias
(problemas económicos, embarazadas solteras o menores de edad,
por ejemplo) mayorías igualmente claras creen que el aborto no
se debería permitir. Para la opinión pública no todos los
abortos son iguales. Algunos deben ser libremente decididos por
las mujeres (son derechos femeninos), pero otros no deben
ser aceptados por la sociedad: son delitos.
Si hubiera un referendum
Cuando el problema se plantea en blanco
y negro, sin matices ("en principio, ¿Ud. está de acuerdo
o en desacuerdo con que se dicte una ley para despenalizar el
aborto?"), el 47% de la población urbana está de acuerdo,
y el 41% se opone (Cuadro 1). La diferencia (seis puntos
porcentuales) es significativa; el clima de la opinión es
mayoritariamente favorable a la despenalización. Pero la minoría
que en principio se opone es grande. El 45% de la población
cree que la despenalización del aborto conduciría a un aumento
del número de abortos que se practican en el país; esta
creencia contribuye a fortalecer la oposición a la
despenalización (Cuadro 2). El 48%, en cambio, piensa que en
caso de despenalización el número de abortos seguiría igual o
disminuiría.
Teniendo en cuenta todos los resultados
anteriores parece claro que en el estado actual de la opinión
el resultado de un referendum sobre la despenalización del
aborto dependería de la naturaleza de la propuesta. Una reforma
que se limitara a despenalizar el aborto en los casos arriba
indicados (riesgo para la embarazada, violación, malformaciones
fetales) probablemente sería aprobada. Una reforma realmente más
abarcadora tal vez sería rechazada.
En la práctica, sin embargo, la
problemática social genuina del aborto no está tanto en las
reformas que serían aprobadas, sino en las que tal vez serían
rechazadas: pobreza, familias ya demasiado grandes, embarazo
adolescente. Como los que se oponen a la despenalización no
tienen motivos para modificar el estado de cosas existente, esa
situación representa un desestímulo vigoroso para una eventual
campaña pro-referendum en estas materias. Los partidarios de
enfrentar esa problemática social enfrentan un dilema:
probablemente resultarían victoriosos si se limitaran a lo que
desde su punto de vista no es el centro de la cuestión (sino, a
lo sumo, un paso en la dirección que consideran correcta); pero
si tratan de apuntar al núcleo de esa problemática social
arriesgan una derrota (y por esa vía un retroceso histórico
para su causa).
Los partidos políticos tienen pocos
estímulos para tomar iniciativas en relación al aborto. Si lo
hicieran, a favor o en contra, enfrentarían la oposición de
minorías considerables e influyentes, y encontrarían oposición
vigorosa dentro de sus propias filas. Los accidentes históricos
también influyen: la izquierda es fuertemente favorable a la
despenalización, pero Vázquez se ha pronunciado en contra. Los
liderazgos partidarios (las escépticas pueden decir,
fundadamente: los hombres, que lideran en todos
los partidos) tienen sobrados motivos para evitar una
confrontación en este plano. A corto plazo, en suma, no cabría
esperar un referendum sobre el aborto.
A mediano plazo las perspectivas son
diferentes. Las actitudes de las mujeres en esta materia son,
hoy, iguales a las de los hombres (Cuadro 1). Pero esta igualdad
esconde dos diferencias importantes. Las mujeres mayores, las
que nunca trabajaron y las menos educadas se oponen más a la
despenalización del aborto que los hombres. Las mujeres
adultas, las activas, y sobre todo las más educadas (las líderes
de opinión), en cambio, son más favorables a la despenalización
del aborto que los hombres de similares circunstancias. Los
cambios en curso en la sociedad uruguaya apuntan en esa dirección.
En apenas una generación la educación y la participación en
el mercado laboral de las mujeres cambiaron dramáticamente;
todo indica que esos cambios seguirán desarrollándose. De esos
cambios surgirán los de la legislación sobre el aborto.
La
encuesta
El presente
informe fue preparado especialmente para Búsqueda por Cifra/González,
Raga y Asociados con los resultados de una encuesta a 1.002
uruguayos de 15 o más años de edad realizada en marzo ppdo.
Los entrevistados son una muestra representativa de la población
de esas edades residente en las ciudades de 10.000 o más
habitantes de todo el país. Según el Censo de 1996, en ellas
vivían más de las tres cuartas de los uruguayos (el 77%).
Las entrevistas fueron realizadas en las residencias de los
respondentes. La muestra de hogares es probabilística, y los
entrevistados fueron seleccionados manteniendo cuotas
preestablecidas según sexo y edad.
Los
resultados de la encuesta son estimaciones, no valores
exactos. En muestras de estas características en general se
acepta que para los niveles de confianza usualmente
considerados aceptables ("95% de confianza") el
margen de error es de 2.9 puntos en más o en menos ("+/-
2.9%"). Estas consideraciones valen sólo para los
totales; los márgenes de error de las submuestras (por
ejemplo, las cifras que corresponden sólo a Montevideo) son
mayores.
Información
estadística |
|
Cuadro
1:
|
"En
principio, ¿Ud. está de acuerdo o en
desacuerdo con que se dicte una ley para
despenalizar el aborto?"
|
País
urbano, marzo 2001 (en %)
|
|
De
acuerdo
|
Ni
de ac. ni en des.
|
En
desacuerdo
|
Ns/Nc
|
TOTAL
|
TODOS
|
47
|
8
|
41
|
4
|
100
|
Región
|
Montevideo
|
54
|
7
|
35
|
4
|
100
|
Interior
|
39
|
8
|
49
|
4
|
100
|
Sexo
|
Hombres
|
47
|
8
|
41
|
4
|
100
|
Mujeres
|
47
|
7
|
42
|
4
|
100
|
Edad
|
Menos
de 30
|
46
|
7
|
45
|
2
|
100
|
De
30 a 44
|
51
|
13
|
34
|
2
|
100
|
De
45 a 59
|
57
|
3
|
37
|
3
|
100
|
60
y más
|
34
|
8
|
49
|
9
|
100
|
Nivel
educativo
|
Primario
|
40
|
7
|
48
|
5
|
100
|
Secundario
|
47
|
7
|
42
|
4
|
100
|
Terciario
|
67
|
10
|
19
|
4
|
100
|
Autoidentificación
ideológica
|
Izquierda
|
55
|
9
|
31
|
5
|
100
|
Centro
|
48
|
6
|
43
|
3
|
100
|
Derecha
|
40
|
8
|
46
|
6
|
100
|
*
Diferencia entre el porcentaje que está de
acuerdo y el porcentaje que está en
desacuerdo
|
|
|
Cuadro
2:
|
"Si
se aprobara una ley despenalizando el
aborto, ¿cree que el número de abortos que
se practican en Uruguay aumentaría, se
mantendría igual que ahora o disminuiría?"
|
País
urbano, marzo 2001 (en %)
|
El
número de abortos...
|
|
Aumentaría
|
Igual
|
Disminuiría
|
Ns/Nc
|
TOTAL
|
TODOS
|
45
|
34
|
14
|
7
|
100
|
Edad
|
Menos
de 30
|
54
|
31
|
12
|
3
|
100
|
De
30 a 44
|
44
|
34
|
17
|
5
|
100
|
De
45 a 59
|
41
|
41
|
13
|
5
|
100
|
60
y más
|
42
|
30
|
13
|
15
|
100
|
Nivel
educativo
|
Primario
|
48
|
26
|
16
|
10
|
100
|
Secundario
|
48
|
36
|
12
|
4
|
100
|
Terciario
|
26
|
59
|
9
|
6
|
100
|
|
|