Madre Esmeralda VOZ DE DIOS
MENSAJES DIVINOS:
16. EL BAUTISMO DIVINO DE LA MADRE
“Semillas divinas'', han pedido...
como semillas que esparcirán,
las esparcen con las palabras,
las siembran con el mirar,
las acarician también con los pies.
Cuántas veces les he dicho,
cada latido del corazón,
será como una nota musical,
nota que siempre será acompañada por otra,
para unirse en una sinfonía,
que a la Tierra va a alegrar.
Música que será como el Canto,
como el gran Aleluya,
todo el Universo se congregará....
Los bendigo con la fuerza que en el Cielo los creé,
y también puedo decirles,
hoy habrá un nuevo Bautismo.
Fueron bautizados en agua, en fuego, en sangre,
a través de los Tiempos,
pero fueron bautizados primero en el Cielo,
al crearlos y al nombrarlos.
Nombre que es música,
y al nacer cada uno, al crear a cada ser,
al bautizarlos y al nombrarlos,
el nombre que es música en cada ser,
el Cielo se estremecía,
y el Cielo también cantaba,
al escuchar una nueva armonía,
el nombre que en cada uno Yo ponía.
Y así siempre los nombré.
Pero ahora en ese nuevo Bautismo,
ahora distinto a otras veces será.
La Madre que llegó como Paloma,
la Madre que en Mujer se acaba de transformar,
la Madre que extiende sus alas,
¡Habla!, Le dice a Ella.
Y Ella ahora, hablándoles está, y dice:
“Soy laPaloma mensajera de la paz,
soy la Madre que siempre con ternura los acunará,
soy el ser, que si necesitan mi vida,
al instante la daré.
Soy Paloma de suaves plumas,
ninguna de mis plumas puede arañar,
si alguna pudiera ser áspera,
al instante la arrancaría....
Soy la paz, vuelvo a reiterar,
y estaré en cada corazón,
pero como dice el Padre,
si aún debo permitir este desgarramiento,
en la Humanidad,
mi corazón está destrozado,
porque también vive todo el dolor.
Vengan hijos tan amados,
vengan, vengan todos acá,
no piensen que cerraré mis alas,
faltando algunos de mis hijos,...¡no!...
Todos, todos, vengan presurosos,
vengan que los voy a acunar,
y mientras los voy acunando los bendigo también.
Y los iré bautizando,
la primera vez que Yo lo haré.
Hoy nuestro Bautismo está formado,
por tantas lágrimas que derramé hasta aquí.
Pero mis lágrimas jamás se han secado,
mis lágrimas no se secarán,
porque he de llorar,
pero de emoción y de felicidad,
al ver que el dolor ya termina.
Este es mi Bautismo, almitas mías,
este es mi Bautismo, con mis lágrimas,
pero se transformaron en agua purísima,
que vino descendiendo de lo alto,
para transformarse en gotas de rocío,
y también en todos, esas gotas,
aunque parezca que no puede ser,
esas gotas enjugarán vuestros llantos,
y solo habrá en cada ser la gran Felicidad''.
AMEN
(12/01/91)