Madre Esmeralda VOZ DE DIOS
MENSAJES DIVINOS:
17. SERÁN INVITADOS EN LAS ESTRELLAS
Pidieron “Esperanza y Viajes placenteros''...
Mis palabras son de esperanza,
y en cada corazón como una planta
que comienza en una primavera a reverdecer,
así comienza esa esperanza,
que ya no se va a quebrar jamás,
no como las plantas de invierno,
que se secan, se marchitan y muchas se pierden.
¿Y qué les he dicho,
de los viajes placenteros?...
Sí, llega el tiempo maravilloso,
y entonces sí comienzan los viajes placenteros,
se vienen acercando las estrellas,
y aquella más grande que la de hace dos mil años,
aquella de Belén,
la que guiaba a pastores,
a reyes, a peregrinos
. Las estrellas se vienen acercando,
y serán invitados,
tantos, tantos de mis hijos,
y entonces, qué viajes placenteros....
Pero no decir: viajo por placer,
ahora me atienden, qué bien que me siento,
no, será el placer de saber,
allá hay dolor,
ahí vamos a descender para ayudar,
allá hay fuego,
vamos a apagarlo y vamos a curar,
y aquel barco que se está hundiendo,
vamos a reflotarlo y con ellos a cantar.
Sí, serán viajes placenteros, sí,
pero en otro sentido, reitero, el placer,
no es ir a una isla a estar bajo las palmeras,
sino irse a las islas también,
para ayudar a tantos,
que se encuentran en la desesperación.
Como ustedes han conocido,
a esa señora sí, la desesperación,
a esa otra, la destrucción,
a esa otra señora, la amargura,
pero les van a cambiar ya los nombres.
¿Comprendieron hijos míos,
cómo los van a transformar?,
ayudando a tantos....
Vienen mis ángeles del espacio,
a unirse con mis ángeles de la Tierra,
pero todos son humanos,
como ese Hijo Mío, ese Cristo;
no lo esperen como una luz,
así como ustedes están,
vestido como ustedes también,
nada que se pueda diferenciar,
viene en este Tiempo,
como este Tiempo es.
El viene y trae la esperanza,
y trae esos viajes maravillosos,
viajes que ya van a realizar,
porque ya será no un viaje en un barco,
en un avión, en un ferrocarril,
o en bicicleta, o en un patín,
no, serán viajes en las estrellas,
que a muchos lugares llegarán.
Estrellas sí, auténticas,
y mis ángeles como ustedes también,
sólo que ellos han tenido otra escuela,
la escuela de la ternura,
han educado a sus niños en otra enseñanza,
como tantas veces he dicho,
no juguetes bélicos,
sino instructivos y de amor.
Así también todos van a aprender,
ese nuevo lenguaje,
rápidamente será.
Adelante, mis bien amados,
que esa esperanza,
por la que han ahora presentado,
no se marchitará jamás.
AMEN
(11/03/95)