La adopción puede ser una
alternativa para las mujeres que no desean practicarse el aborto
por motivos morales o religiosos y que, simultáneamente,
reconocen que no pueden hacerse cargo de la criatura. Pero esto
no significa que la adopción resuelva completamente el problema
del aborto porque a pesar de que representa una opción real
para algunas personas, muchas otras prefieren acudir al aborto
aunque tengan la posibilidad de dar en adopción, ya que sus
principios no interfieren con la decisión de interrumpir un
embarazo. Esta última decisión es legítima y comprensible si
consideramos que no es sencillo vivir en carne propia todo el
proceso de la gestación para luego desprenderse de la criatura.
Esto significa que la adopción implica también una enorme
carga de pena y dolor tanto para las madres biológicas como
para sus criaturas.
Cada vez son más las personas
que fueron dadas en adopción que reclaman el derecho a conocer
su origen, y tener acceso a la información que les permita
buscar a sus madres y padres biológicos.
La adopción implica una
decisión tremendamente difícil. Para algunas mujeres es
incluso más dolorosa que la de abortar, ya que se trata de
ceder a su hijo/a y aceptar que no la verá nunca más. Como por
lo general las mujeres que dan a sus bebés en adopción apenas
cuentan con apoyo durante el embarazo, resultan ser las grandes
olvidadas. La experiencia de soledad y abandono de las madres
biológicas es muy frecuente.
"Al entregar en adopción
a tu hijo satisfaces el mandato de la iglesia contra el aborto,
respondes a las plegarias de la pareja que adopta y, se espera,
aseguras la manutención de tu hijo. Siempre pido a las agencias
y a las personas que trabajan con madres biológicas que, en su
esfuerzo por hacer lo "mejor" por lo niños, encaren
primero los asuntos de la sexualidad y la autoestima de la
mayoría de las mujeres en esta situación. Esos grupos, a pesar
de sus intentos, se dedican principalmente a los padres
adoptivos y a los niños. La asistencia que ofrecen a las madres
biológicas apenas toca su gestación. La madres biológicas
salen de esta experiencia y estas "ayudas" más
dañadas que cuando llegaron: más avergonzadas, más desoladas
y más necesitadas. Han sufrido una profunda herida mental para
toda la vida al perder a su hijo. Es una pérdida de la cual no
pueden hablar la mayoría de las personas. Es en este punto en
que las agencias de adopción, los padres adoptivos y la
comunidad abandonan a la madre biológica. Cuando una vive en
una situación de dolor, soledad y abandono, no es especialmente
difícil que acabe por quedar embarazada de nuevo. Ésa fue mi
experiencia."
Testimonio de una madre
católica que dio a su hija en adopción